La
resolución de estas actividades están en
el apartado h de la entrada anterior y la nº 7 en el Cuaderno de recursos.
1.
Analice la formación de las palabras subrayadas en el texto.
Teocracia.
Anticlericales.
Renovados.
Incredulidad.
Abultado
2.
Señale y comente las perífrasis verbales que aparecen en el siguiente
fragmento:
Pero pasa ese mes y
empezamos a sentir amarga la comida, como doloroso el recordar; ya estamos
picados. Al correr de los días y las noches nos vamos volviendo huraños,
solitarios; en nuestra cabeza se cuecen las ideas, las ideas que han de
ocasionar el que nos corten la cabeza donde se cocieron, quién sabe si para que
no siga trabajando tan atrozmente.
4.
Explique los valores morfosintácticos de la adjetivación en los siguientes
fragmentos.
Es tan bella y dulce:
Viejos olmos:
Hojas nuevas:
Las acacias estarán desnudas:
5.
Explique el valor morfosintáctico de los pronombres siguientes:
Hasta ahora no me lo he
creído:
¡qué
pena tan lastimosa!:
No
me recuerdes el mar,/ que la pena negra brota:
6.
Explique las relaciones sintácticas que se establecen entre las oraciones de
los siguientes fragmentos:
El
catedrático era un hombre sin ninguna afición a lo que explicaba, un señor
senador, de esos latosos, que se pasaba las tardes en el Senado discutiendo
tonterías y provocando el sueño de los abuelos de la Patria.
7.Analiza cómo se manifiesta la subjetividad
en este fragmento
El genial y malicioso Josep Pla dice en El cuaderno gris:
«Tenían un espíritu limitado, pero absolutamente acabado. Eran hombres de
carácter». No se puede definir mejor a esas personas que, a una edad temprana
(son individuos urgentemente necesitados de certezas), adquieren una colección completa de
pensamientos como quien amuebla una casa hasta el menor detalle, y
que, a partir de ahí, se sientan sobre sus ideas y dejan que la vida pase sin
tocarlos, berroqueños, imbuidos del carácter –de la firmeza de sus
creencias, pero limitados y sin duda acabados.
No creo que los años nuevos puedan ser
verdaderamente nuevos para ellos. No creo que haya vida sin dudas y sin
cambios.
Concretamente al autor pretende plasmar el problema del sexismo en la lengua española. En contra de dicho sexismo argumenta que la lengua puede cambiar conforme cambia la política o incluso la ideología de la sociedad. Pone como ejemplo la influencia del régimen franquista en la gramática o la libertad de expresión debido a la censura. Así como el cambio en la lengua con la evolución ideológica, ya que comparada con la de hace 20 o 30 años es mucho más liberal en algunos ámbitos.
Pero esas son facetas de la vida que duran unos años y luego vuelven a cambiar. Sin embargo, el sexo es algo innato en nosotros, es algo permanente.
Todos somos conscientes de que por mucho que por mucho que la sociedad piense que ha avanzado en cuando a la desigualdad entre hombres y mujeres, aún hay discriminación y desigualdad entre ambos.
Esto se refleja en la lengua en ciertas palabras que según el género al que se refieren llevan connotaciones positivas o negativas. Esto no es algo que deba pasarse por alto, pues es un claro ejemplo de desigualdad. Algunas veces usamos esas palabras inconscientemente, es decir, sin saber realmente lo que su uso conlleva. Esto demuestra que somos los primeros que aceptamos la existencia de dicha desigualdad, pues podemos decir que las palabras con el reflejo de la mente.
Estoy de acuerdo con que el sexismo no debería existir en la lengua, pero desde hace poco ese afán de igualdad se está llevando a unos extremos que considero un poco absurdos.
Como ejemplo podemos poner el cambio realizado en los semáforos. Personalmente, no me siento discriminada porque en un semáforo no aparezca la imagen de la mujer con la falda. Principalmente porque las mujeres también nos ponemos pantalones y podemos sentirnos igualmente identificadas.
En definitiva, el autor termina la critica hablando de una solución para este problema. Es cierto que si realmente queremos erradicar ese problema del lenguaje, los primeros que debemos cambiar somos nosotros, tanto el hombre como la mujer.
Pero bajo mi punto de vista, el principal problema de la desigualdad entre sexos no radica en la lengua. Todos podemos ver cada día en la televisión que hay miles de mujeres maltratadas y otras tantas asesinadas por manos de los hombres, con la simple excusa de "ser superiores"( también se dan casos de maltrato de mujeres hacia hombres, pero es menos frecuente).
Que haya personas indignadas porque no se diga cada palabra en el género femenino y en el género masculino realmente es algo absurdo. Deberíamos hacer también tanto esfuerzo por todas esas mujeres y hombres que por culpa de esa desigualdad han perdido la vida o aún viviendo, no saben lo que es vivir.